Isela Costantini y la dependencia del subsidio estatal en General Motors Argentina

Isela Costantini y la dependencia del subsidio estatal en General Motors Argentina

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Después de años de criticar la gestión de Mariano Recalde en Aerolíneas Argentinas, porque según los liberales consumía subsidios crónicos y era permanentemente deficitararia, al asumir Mauricio Macri nombra en su lugar como estrella mediática a la cabeza de General Motors Argentina y actual líder regional de la marca y de ADEFA.

Isela Costantini sin embargo hasta el momento fue CEO de una empresa que lejos de servir como ejemplo, sólo sobrevive gracias a los permanentes subsidios estatales para su funcionamiento, y a las divisas que debe proveerle el estado para comprar los insumos importados que es incapaz de producir. A esto hay que sumarle el control de las importaciones que realiza el estado para que la competencia no se lleve puesto los productos tecnológicamente obsoletos que produce.

No todo es culpa de Costantini, claro, porque General Motors desde su retorno al país en la época menemista fue una permanente trituradora de subsidios incapaz de autosustentarse.

A pesar de haber nacido como una de las primeras concesionarias importadoras de nombre Ellis Hampton Watson en Rosario en el año 1923, y luego de una trayectoria de varios hitos con Chevrolet y Opel, cierra sus plantas en el 78 y se retira del país.

A mediados de los 80 GM intenta volver con SEVEL y la fabricación de la camioneta Silverado en Córdoba, pero hace pié definitivo con la inauguración de la planta de Alvear durante el menemismo.

En 1995 el  Gobernador Carlos Alberto Reutemann y la Comuna de Alvear firman una carta de intención garantizando 10 años de incentivos económicos ratificados posteriormente por Ley Nº 11286:

Entre las medidas adoptadas por el Estado Provincial, se establecieron «exenciones impositivas» en: Impuesto sobre los Ingresos Brutos: 100% de exención sobre los beneficios provenientes de la venta -tanto a distribuidores o agentes- como a consumidores finales) de automóviles, partes y componentes…; Impuesto inmobiliario: 100% de exención sobre la/s planta/s y otro inmuebles…; Impuestos de Sellos: 100% de exención sobre la incorporación de sociedades, sus aumentos de capital…
Se establecieron asimismo exenciones de aportes al Fondo de Asistencia Social, impuesto a los automotores y numerosos beneficios que comprometieron las arcas públicas en tareas como el tratamiento de los residuos de la empresa, créditos para la construcción de viviendas para el personal gerencial de la empresa, bonificaciones en peajes, subsidiando o tomando a su cargo el pago de tasas de interés y honorarios por préstamos que la empresa acuerde por hasta la suma total de U$S 53000000.
Por otra parte el Estado adquirió en forma directa vehículos a la empresa General Motors SA, con el argumento de «la difícil situación planteada» a raíz de la «fuerte retracción del consumo en el mercado interno y el stock existente».

Entre otros aportes figuran la entrega del terreno para la planta y la construcción de los accesos, construcción de la infraestructura eléctrica a medida, subsidio energético en luz y gas, depósito de los residuos, y múltiples aportes económicos para sueldos del personal en momentos en que las recurrentes crisis hacían amenazar a GMA con despidos y suspensiones.

Hubo proyectos en la Cámara de Diputados de Santa Fe que intentaron recortar el nivel de los subsidios pero hasta el presente no lo lograron.

En el 2009, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el otorgamiento de un Crédito del Bicentenario a tasa subsidiada para mantener funcionando su planta en medio del desastre de su casa matriz, salvada de la quiebra por la estatización parcial que realizó el gobierno estadounidense.

Este es el conglomerado que viene a conducir Isela Costantini que además involucra a GM Argentina, Uruguay y Paraguay, y que en 2015 año suma la presidencia de ADEFA, la Asociación de Fábricas de Automotores de la República Argentina. Es decir, el conjunto de fábricas que sólo subsisten en el país gracias a estos mecanismos de protección estatales.

De subsidio en subsidio, incapaz de generar las divisas necesarias para su funcionamiento, importadora de la mayoría de las piezas para el armado de los autos, dependiente de la protección estatal a las importaciones para poder vender sus productos en el mercado local y regional, completamente dependiente de tecnología importada, nada convierte a General Motors Argentina como a sus similares de otras marcas, en un modelo a imitar.

Isela Costantini, la gerenta de ese monstruo devorador de divisas y subsidios estará al frente de Aerolíneas Argentinas. Pero como viene de ser CEO de una multinacional,  califican de exitoso lo que en Mariano Recalde era un fracaso rotundo.

Periodismo militante que le dicen.