1928: Campeón en tu cara y en tu cancha
Un día como hoy pero de 1928, el fútbol rosarino tendría un partido que marcaría un festejo interminable en aquellos días: Rosario Central se consagraría campeón en la cancha del rival de toda la vida… y ante la mirada de sus hinchas.
Para comenzar, hace falta ponernos en contexto. Un año antes, en 1927, el Club venía de ser campeón de la Copa Nicasio Vila. Copa que se le daba al ganador de la Liga Rosarina de Fútbol, que era la 1ra División en la que competían, entre otros, Central y Newell’s.
Cabe aclarar también que, a partir de 1931, con la llegada del profesionalismo a nivel nacional, la LRF desaparece para que su sucesora, la hoy Asociación Rosarina de Fútbol, tomara la posta y continúe organizando torneos hasta el día de hoy.
Entonces, lo dicho: Central afrontaría ese 1928 siendo el campeón del año anterior. Inició el torneo con un empate 1-1 ante Central Córdoba de visitante, jugado un 15/4. El gol canalla lo marcó José Podestá. Anoten ese nombre.
Desde la fecha 13 hasta la 22 (la última), Central conseguiría una muy buena racha de triunfos, con solamente un empate en el medio. De esos 9 partidos, 8 fueron victorias. La más resonante fue un 8-0 ante Alberdi New Boys donde el mencionado José Podestá convirtió 4 goles (!)
Aunque, en la jornada 21, también conseguiría otro triunfo holgado. NOB sería la víctima. En Arroyito, fue victoria por 5-1 ante el elenco rojinegro, y fue una victoria clave. Clave porque lo mantenía expectante en el torneo a falta de un solo partido para el final del mismo.
Luego de la victoria por 2-1 sobre Calzada, también de local, Central finalizaría puntero con 30 puntos, producto de 13 PG, 4 PE y apenas 2 PP.
Uno pensará «listo, fue campeón» pero la cosa no terminaría así y acá empieza lo lindo (o feo para otros).
Hubo otro equipo que también terminó con 30 puntos y fue, nada más ni nada menos, que Newells. Por diferencia de gol (35 para RC y 23 para NOB), quedarían 2dos en la tabla, pero el campeón no estaba definido.
Como podrán imaginar, sí, se tuvo que jugar un partido desempate.
Otra vez, como hacía 9 años, la ciudad se paralizaría por el choque entre los 2 equipos más grandes e importantes de la misma. Porque sí, hubo otro antecedente entre ambos, en 1919, donde se tuvo que definir al campeón mediante un desempate tras igualar en puntos.
Pero esa es otra historia para más adelante, que también fue especial, porque el resultado… bueno, el resultado fue obvio y se imaginarán por qué, pero volvamos al año 28 del siglo pasado.
La fecha estipulada para definir al campeón de la Copa Vila sería un 16 de diciembre.
Así es. Hoy se cumplen 90 años de esa Final histórica. ¿Por qué? Porque, además de la victoria, se jugó en la cancha de ellos, y por ende, se convirtió en la primera vez que un equipo diera la vuelta en la cancha y cara de su clásico rival… en una final.
Tiro libre sobre el arco de Newell’s. Iban 42 minutos de la primera mitad. Central decidido a marcar. Corre José y, con un tiro rasante y cruzado, la pelota pasa sobre el cuerpo del arquero rojinegro Enrique Vogler que perdió equilibrio, y la red se infla ante el delirio canalla.
Como marca la historia, Central salió al complemento a defender el resultado y lo logra. Pitido final del árbitro José Galli y, en cancha del rival de siempre, Central se consagraría campeón de la Copa Vila 1928 en lo que sería la 3ra Final oficial entre ambos equipos.
Y ese gol sería inolvidable. La hinchada, exultante y eufórica, ingresa al campo de juego y llevan en andas a los flamantes campeones. Los jugadores luego se dirigieron al vestuario y la viveza criolla de algunos se hizo presente: se apoderaron del botín derecho de Podestá.
Fue tal como lo leen. El motín de la victoria, el Santo Grial canalla fue colocado sobre un palo, como una especie de asta, y salieron en caravana desde el Parque a festejar por las calles. Tomaron Pellegrini y el destino ya lo tenían definido..
Entre cánticos hacia los rivales y la llegada de más hinchas a la movilización, al llegar a calle Mitre, desvían hacia el centro para dirigirse al punto de «encuentro», que era el café de Adolfo Celli, símbolo de NOB y lugar de reunión de sus simpatizantes y jugadores.
Imaginarán que la bienvenida a los nuevos campeones no fue nada formal. Piedras y demás proyectiles protagonizaron una batalla campal entre ambas parcialidades. Una gresca bastante dura. Pero el amuleto canalla, como si fuera santificado, no tuvo rasguño alguno.
Ese caluroso día de diciembre, mes ultra canalla por excelencia, Central se coronó campeón ante su clásico rival y en su cancha. Un 1928 que tendría al Club bicampeón rosarino, y también un año donde se retirarían 2 grandes leyendas del Nuestro.
Los 11 que hicieron historia ese 16/12/1928:
Arriba: Arturo Podestá, José Fioroni, Francisco De Cicco, Octavio «Oso» Díaz, Ernesto Cordones y Félix Romano
Abajo: Ricardo Reol, Armando Bertei, José Podestá, Jacinto Retto y Antonio «Petiso» Miguel