Urquiza y la deuda externa

Urquiza y la deuda externa

Empréstito tras empréstito, el verdadero cáncer de la historia argentina es la deuda externa, los brasileños lograron interesar a Urquiza en la creación de un banco privado con asiento en Rosario. En un primer momento, Buschental propuso a la Confederación la fundación de una firma bancaria. Al mismo tiempo la compañía Trouvé, Chauvel y Dubois lograron fundar una entidad similar con la facultad para emitir papel moneda y con privilegios fiscales similares a los del Banco Nacional. Pero las dos experiencias fracasa ron, al ritmo con que Urquiza veía desmoronar el sueño de su Confederación. Recién en 1857, tras una serie de concesiones a la Corona brasileña -como Ia libre navegación de los ríos interiores-, Argentina recibió un empréstito de  300.000 patacones, otorgado por el barón de Maua, quien, a cambio, logra instalar un banco en la aduana de Rosario con un capital de 2.400.000 patacones. Las condiciones eran leoninas: monopolio para explotar la actividad por quince años, exención de impuestos y facultad para emitir billetes y permiso para acuñar monedas de oro y plata.

Cuenta Hernán Brienza en «Urquiza, el salvaje»