Los Tehuelches argentinos, la Patagonia y el problema Mapuche

Los Tehuelches argentinos, la Patagonia y el problema Mapuche

Un sector radicalizado de los descendientes del pueblo mapuche invoca tratados anteriores a la constitución de los estados Argentino y Chileno para respaldar su reclamo a un estado nación independiente en el sur de sudamérica. Tratados que aunque fueran válidos sólo lo serían del lado chileno de la cordillera, en la región del Bío Bío del cual son originarios los araucanos, porque la Patagonia fue siempre argentina.

Esto desde que Casimiro Biguá firmó en 1864 su reconocimiento como cacique general del pueblo aonikenk -llamados Tehuelches por los aracuanos- a instancias de Luis Piedrabuena. El aonikenk es el pueblo nativo de la patagonia, y el territorio de Biguá -elegido cacique general por las poblaciones patagónicas- abarcaba desde el Estrecho de Magallanes hasta el Río Negro, de este lado de la cordillera. Biguá, además era reconocido como líder aonikenk por el estado chileno que había mantenido tratativas con él sin lograr conformarlo. Mitre, en lo único bueno que hizo en su vida a instancias de Piedrabuena, lo nombró Teniente Coronel del Ejército Argentino tras haber jurado el pueblo Aonikenk la bandera Argentina.

Al norte del Río Negro, en el País de las Manzanas, también la bandera que los cobijaba era la Argentina, desde que en 1863 firmara el cacique Sayhueque -también aonikenk aunque lideraba un pueblo mixturado- la paz con Buenos Aires.Sayhueque fue traicionado tras la ocupación patagónica por las tropas del General Roca, atacado por sus subalternos y obligado a pelear hasta el fin junto a Foyel e Inakayal, uno de los jefes que acompañaban a Casimiro Biguá al momento de izar la enseña nacional.

Si los tratados significaran algo más que papeles, deberíamos aborrecer a los mapuches por haber masacrado a los aonikenk argentinos. Pero a pesar de nuestra oligarquía somos un pueblo de paz, y aspiramos a construir una nación grande en toda la américa, por lo que defendemos el derecho de los mapuches a vivir y trabajar en nuestro suelo como cualquier hombre de buena voluntad del mundo.

Lo que no queremos es otro Israel en la patagonia Argentina, con el largo brazo del Foreign Office respaldándolos, que reivindica desde el Reino Unido su derecho a una monarquía constitucional con un rey descendiente de un súbdito francés, y pone en peligro nuestra soberanía en las Islas Malvinas.