Perón y la falta de soberanía alimentaria en Venezuela
Aunque los medios yanquis quieran culpar a la Revolución Bolivariana por la falta de soberanía alimentaria y la dependencia externa de Venezuela, es un mal que Perón ya describía hace 60 años:
Al poco tiempo de residir en Caracas, el General comprende el grado de dependencia en que se encuentra sumido el país. «Bajo las riendas de Pérez Jiménez, Caracas de convirtió en una capital de ‘lujo’, conoció un esplendor arrollador y, a la vez, agresivo. El país entero se llenó de estupendas autopistas, por el estilo de las norteamericanas. Unían los centros de explotación de petróleo con los puertos del Caribe. Pero, significativamente, el país empezó a depender cada vez más, para su subsistencia de boca, de los Estados Unidos. Cuando nos radicamos en Caracas, Venezuela no tenía ya agricultura, ni ganadería. Se comía carne de cebú y se importaba de la Unión todo lo demás, incluidas las verduras y frutas. Con decirle que los frutos tropicales provenían de California (…) Como lógica consecuencia, se iban extremando, cada día más, las diferencias sociales. Mientras, en Caracas, quienes medraban a la sombra de los monopolios petroleros se daban el lujo de regalar automóviles (o ‘carros’) importados, a sus queridas, el cinturón del conurbano de la Capital se iba llenando de ‘villas miserias’ cada vez más tenebrosas, cada día más insultantes. El lujo oriental de algunos privilegiados se iba pareciendo -en confrontación con la sórdida realidad que los rodeaba- cada vez más a un sueño frustrado, un sueño peligroso y suicida (…) Llegué a vivir en Venezuela escasamente un año y medio. Al calor subterráneo dela tensión acumulada, Pérez Jiménez tenía ya los días contados. Era como el derrumbe de un grandioso edificio que se había comenzado a edificar por el techo y en cuyos cimientos yacían enterradas las expectativas del pueblo venezolano (…)»
Así lo relata Norberto Galasso en el segundo tomo de su libro sobre Perón.