Los mil nombres de Don Hipólito
Yrigoyen será “el Peludo” y su casa, ubicada en un modesto primer piso de la calle Brasil, “La cueva del peludo llorón y espiritista”. El presidente, votado en su primera elección por más del 50% de los argentinos y en la segunda por cerca del 70 %, será llamado “El terror de los zaguanes de Balvanera”, “Terror epitalámico de las normalistas”, “Dios pardo”, “César mestizo, germanófilo y bárbaro”, “Mazorquero del arrabal” y hasta “Hijo natural de Rosas”. En palabras de Jorge Abelardo Ramos, “Es la misma resaca periodística venal que injuriará treinta años después a Perón, como lo había hecho antes con todos los gobernantes populares argentinos. Se lo quiere aniquilar por el ridículo”.