Justificación ideológica del asado con cerveza peronista
Alex Von Foerster comenta sobre el problema que representan los antinutrientes en el consumo actual de cereales, legumbres y semillas convertidos en fetiches de la salud por el veganismo y otros fundamentalismos para gente sana y perfecta.
Los antinutrientes son un medio de defensa natural a través de sustancias que dañan nuestra capacidad para asimilar los nutrientes, que antiguamente se neutralizaban al complementarlos con otros alimentos o mediante los métodos de preparación:
Nos olvidamos (o se encargan de ocultarnos) que en toda la historia de la humanidad, el ser humano consumió dietas altas en grasas, en especial saturadas y de origen animal [iv]. Estas grasas contienen grandes cantidades de vitaminas A y D, liposolubles, que ayudan a absorber el calcio, hierro, fósforo y las vitaminas del complejo B que contienen los granos y las semillas.
Así es que la papilla de avena fermentada se comía con crema cruda o manteca, el pan de masa agria, con quesos fermentados o manteca. De esta forma se garantizaba la asimilación de los nutrientes.
Hoy, reemplazamos estos platos por cereales en copos o inflados (cargados de antinutrientes y con sus proteínas desnaturalizadas), pan sin fermentar, galletas integrales o de harina blanca (aditivada con minerales sintéticos) hechas en una hora, sin posibilidad de desactivar antinutrientes. Para colmar los desatinos, untamos los panes con quesos descremados, margarinas o mantecas adulteradas; mezclamos los copos con leche o yogur descremado; nos atiborramos de barritas infladas, con aditivos de todos los colores.
Vale la pena leer la nota completa para dimensionar en toda su profundidad la vasta sabiduría que se aloja en el asado peronista acompañado de ancestral cerveza bien fermentada.