La generación dorada del básquet peronista

La generación dorada del básquet peronista

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Relata Quique Nocet en la revisa «Encestando» la tragedia a la que fue arrastrado el básquet nacional por la dictadura fusiladora de Aramburu y Rojas. El básquet estaba en su mejor momento histórico y venía de ganar el campeonato mundial, por lo que era considerado un «deporte peronista»:

“La Argentina basquetbolística puede presentar un pasado lleno de gloria que todavía hoy, más de uno quisiera. Campeones sudamericanos y mundiales, único país que había ganado el primer tiempo a EEUU en un juego olímpico, único país también que había superado a los norteamericanos dos veces en juegos oficiales (Buenos Aires, 1950, Ciudad de México, 1955) y una en partidos amistosos (El Paso, 1955).
Fue entre fines de la década del ’40 y mediados de la del ’50. El objetivo era una medalla olímpica y por entonces, esto estaba lejos de parecer una utopía.
Se podía… Viau, Gonzalez, Furlong, Contarbio, Menini, Uder, Poletti, Pagliari, Monza,Pérez Varela, Colombo y por lo menos diez jugadores más de nivel internacional, permitían ser optimistas. Era una “camada de oro”.
El futuro se habría más y más promisorio porque ese espejo estaba generando sucesores que alentaban las máximas esperanzas…
Una firma sobre un papel, que más que una rúbrica pareció un hachazo asesino, terminó abruptamente con estos sueños al declara profesionales a más de 70 jugadores, decapitando así a uno de los pocos deportes de élite con que contábamos los argentinos. En ejercicio de un poder total, este dirigente puesto a interventor por fuerzas militares a cargo del Gobierno de la Nación, nos hizo pegar un salto hacia atrás del que tardamos más de treinta en asimilar y tratar de recuperarnos. Tan grande fue la mutilación”.

Mucho tiempo después, León Najnudel se preguntará:

“Me fui criando con el básquetbol y apenas cumplí los catorce años me entero por los diarios que los mejores sesenta o setenta jugadores del país no podían jugar más por una sanción de profesionalismo.
Me quedé con el interrogante: ¿Qué hubiera pasado con mi generación si hubiéramos tenido la suerte de ver en acción en forma continua y durante muchos años a todos esos monstruos?.

Retazos del libro de Emilio Gutiérrez «1956, Donde habita el olvido«.

Desde aquella intervención y desguace hasta 1969 no logró conformarse nuevamente una federación nacional que lograra un torneo competitivo, para volver a las primeras planas mundiales recién en 2004 con el equipo de Ginóbili, Scola, Nocioni, Oberto, etc.