Capitanich sobre la territorialidad del voto y el rol de los dirigentes

Capitanich sobre la territorialidad del voto y el rol de los dirigentes

señalo tres tensiones estructurales históricas. La primera entre gobernabilidad y tarea institucional. La segunda entre estabilidad macroeconómica y crecimiento y la tercera entre inclusión social y distribución del ingreso. La inclusión social genera mayor facilitación de los actores políticos, económicos y sociales, pero la distribución del ingreso genera una fuerte confrontación. Eso lo marca la historia. Desde la irrupción del peronismo hasta lo que han sido estos doce años de gobierno. La oposición dura y sistemática a la distribución del ingreso ha sido un componente fundamental de los ataques recibidos por el gobierno.

 

Pensemos en el trabajador desocupado o el profesional de clase media que dejó de percibir un ingreso en crisis. Cuando efectivamente la economía se recupera sustancialmente de la mano de las políticas públicas y un rol preponderante del Estado primero accede al empleo, después a paritarias libres, en consecuencia mejora sustancialmente su poder adquisitivo, y cuando logra mejorar su poder adquisitivo y logra un empleo estable, con buen salario, se generan cinco demandas claves que generan un aumento de la demanda de divisas y que produce restricción externa. Primera demanda de una persona que mejoró sus ingresos genera un aumento en la compra de electrodomésticos, que tienen un alto nivel de componentes importados que genera un flujo de divisas crecientes. En segundo lugar, en general, las política públicas que pretenden maximizar el nivel de ingreso de las personas lo que hacen es estimular vía subsidios el consumo de energía. En consecuencia la energía pasa a ser un bien escaso y al importar sufre un proceso de restricción externa. En tercer lugar cuando la gente tiene un empleo estable, con buen poder adquisitivo, accede a créditos. En consecuencia puede acceder a un vehículo, que tiene hoy en Argentina un componente nacional de entre el 27 y el 33 %. El resto es componente importado lo que también aumenta la presión por la demanda de divisas. En cuarto lugar una persona de clase media con mejores niveles de ingresos, que dicho sea de paso, el Banco Mundial dijo que se duplicó la clase media en el país, viaja al exterior porque obtiene un tipo de cambio, una mejora en el poder adquisitivo que hace asequible la perspectiva de poder viajar al exterior. Además también demanda, desde 1976, el ahorro en dólares. En consecuencia cuando uno tiene cinco componentes de demanda en divisas, son 40 mil millones dólares. Cuando dicen que el complejo agroalimentario puede subsidiar y abastecer todo esto está mintiendo porque el complejo agroalimentario tiene 30 mil millones de dólares como capacidad máxima y siempre un colchón de 5 mil millones de dólares por políticas especulativas. Ahí hay un problema de asimetría de carácter estructural en la Argentina. El bienestar económico produce el malestar político derivado de esta cuestión que perfectamente se imponen a través de los grupos económicos concentrados que empiezan a destilar, en producto de sus propios intereses, una acción colectiva para generar odio de clase. El efecto ha sido muy claro, por eso creo que el voto se ha configurado en un voto geográfico. El norte y el sur se ha volcado por una enorme mayoría de casi el 60 % por este modelo y el centro, que es el que más se ha beneficiado, que más se ha ido al exterior, que más electrodomésticos y vehículos compró (se vendieron más de cinco millones de vehículos) y con mayor capacidad de ahorro en divisas, no nos acompañó. En ese contexto lo que ocurrió es que la función del bienestar económico tradujo en una función de malestar político catalizado por grupos de comunicación concentrados que generaron una tendencia electoral en los grupos urbanos más concentrados.

 

Si muchos dirigentes nuestros de primera línea hubiesen optado por un baño de humildad, de aceptar competir por el territorio para garantizar la vigencia del proyecto entonces nos hubiese ido mucho mejor en gran parte de nuestros territorios y hoy hubiésemos obtenido un triunfo electoral. Creo que hace falta una combinación de elementos para garantizar la sustentabilidad del proyecto, pero nunca es tarde cuando la dicha es buena.

Completa la imperdible entrevista a Jorge Capitanich en La Señal Medios